sábado, 2 de diciembre de 2017

RUTA DE VILLANUEVA AL ALTO DE LA CRUZ DE LINARES Y VUELTA POR SOGRANDIO Y LA SENDA DEL OSO.



Día: 26-11-2017.

Desnivel: +700 m aprox.

Longitud: 21,13 Km.

Tiempo: 04h:53:22


Comentario:
Después de unos meses de inactividad debido al tema corredero, volvía a mis añoradas andanzas montañeras, así que con cierta “ansiedad” por empezar de nuevo a caminar entre el verde, me iba a dirigir en este Domingo frío (4º grados) a la cercana Mancomunidad Valles del Oso para intentar hacer un tramo que no conocía de un itinerario que consistía en subir desde el pueblo de Villanueva por una senda ancha hasta las cercanías del pueblo de Castañedo de Monte y de ahí tirar por asfalto hasta el Alto de la Cruz (830 m), para luego volver todo por asfalto a encontrarme con el coche o si era posible, bajar directamente otra vez al Valle de Trubia por alguna senda o pista que pudiera encontrar.

Pasadas las 11h30 estaba aparcando el coche en la capital del concejo de Santo Adriano, Villanueva (227 m – 105 hab en el 2009), comenzando a caminar unos minutos después por la calle principal y que me iba a llevar al comienzo de la ruta del día.


Algunas casas situadas en uno de los dos barrios que conforman la capital del concejo y que estaban situadas en la otra margen del Río Trubia.


Vestigios de otra época.


Tras cruzar el puente medieval de estilo romano me iba a dar ya de frente con el inicio de la ruta del día, inicio “prometedor” en fuerte subido como se puede apreciar en la siguiente imagen.


Vídeo del inicio de la ruta.


Vista hacia atrás al poco de comenzar por el itinerario.


Y por delante, llano, llano no era precisamente lo que veía.


Según subía se iba pudiendo ver con total claridad la senda de la Ruta de las Xanas, ruta muy frecuentada de la parte central de Asturias.


Se iba ganando altura y por lo tanto cada vez que me paraba a disfrutar de las vistas hacia atrás, las mismas se iban abriendo cada vez más.


Vídeo en mi ascenso por la pista.


En algunos tramos, la ruta estaba casi completamente invadida por mucha hojarasca que en ocasiones hacía que tuviera que ser precavido en mi manera de caminar.




La ruta, desgraciadamente, me iba a obligar a cambiar la vertiente soleada por la que había iniciado la ruta a otra en la que la sombra y “el fresquito con su humedad” iba a ser la nota predominante.

Imagen de un acompañante que me echaría desde el inicio de la ruta y que vendría conmigo acompañándome hasta las cercanías del pueblo de Castañedo del Monte, situado a poco más de 01h15 del inicio de la ruta.


Caminando por el interior del bosque, en ocasiones con bastante barro debido a los dos días anteriores lluviosos que habíamos tenido en la región.




Vistas hacia el Este, hacia la Sierra del Aramo, en cuanto pude ganar algo más de altura y la arboleda iba desapareciendo poco a poco.


Tras unos 3,5 Km y 01h10 iba a llegar al asfalto de la carretera que une los núcleos rurales de San Andrés y de Castañedo del Monte, dejándome a un par de centenares de metros de esta última población.


Tras salir a la carretera, de nuevo vistas hacia el Este y por debajo de donde estaba situado quedaba ya la zona sombría que he comentado anteriormente y en las que había sacado algunos fotos por el interior del bosque.


Vídeo poco antes del pueblo de Castañedo del Monte.


Ya conocía el pueblo de Castañedo del Monte (580 m – 30 hab en 2016) por haber pasado en varias ocasiones por el mismo, así que no me entretendría apenas y sacaría tan solo una foto de su iglesia parroquial, dedicada al Arcángel San Gabriel.


Continuaba caminando por carretera a buen ritmo para ir dejando poco a poco el pueblo cada vez más abajo.


Las vistas ya se iban abriendo cada vez con más claridad hacia el Oeste, como esta que sigue de la Sierra del Aramo nevada por sus cotas superiores y el pueblo de Serandi (parte central de la imagen) situado en la ladera Oeste de la sierra.


Un poco más al norte de la anterior imagen, quedaba situado el cañón que forma el Arroyo de las Xanas y que es el protagonista principal de la ruta del mismo nombre, con el pueblo quirosano de Pedroveya (centro imagen) y por encima de dicho pueblo, el Pico de La Mostayal  (1.313 m).


Conjunto de la Sierra del Aramo con la Collada Aciera a la drcha y al fondo de la collada, el Macizo de Ubiña con una buena nevada.


Con algo más de zoom, dicha collada de Aciera y dicho macizo de Ubiña nevado.


Tendría que atravesar por el asfalto, otro pueblo, el de Linares, pueblo situado cerca ya del Alto de la Cruz de Linares (830 m).

En el alto pararía unos minutos esperando que descendiera por la pista de Cuevallagar algún land-rover que me pudiera sacar alguna duda sobre una pista que veía a mis pies y sobre el destino al que pudiera llegar si al final optaba por ir caminando sobre ella.


Descendería land-rover conducida por una joven y un paisano y al preguntarles por el destino de dicha pista, ninguno de los dos (pese a ser de la zona según me dijo el paisano) me supo resolver mis dudas.
Lo que en teoría me resolvieron sería la duda de cómo bajar directamente a Proaza desde la carretera por la que estábamos en esos momentos, así que opté por cambiar la idea inicial de la ruta de este día y que hubiera sido por subir unos centenares de metros por la pista de Cuevallagar y pillar un sendero que me bajara directamente al pueblo de Sograndi por otra idea que parecía más apetecible y como era ya bajar y conocer directamente un itinerario que me pudiera llevar de forma directa y rápida hacia el pueblo de Proaza.

Tengo que reconocer que fui sin mucho convencimiento a por esta segunda opción ya que los había visto a la hora de responderme con ciertas dudas, tanto de la primera pregunta que les hice como de la segunda, pero aun así me arriesgue a tirar otro km más por asfalto y ver si pillaba esa “supuesta pista” que me llevara a Proaza.

Llegaría a la altura del lugar donde salía “supuestamente” la pista, pero tras ver los inicios de la misma, tampoco es que me diera mucha confianza el pillar la misma, así que lo que hice y al escuchar que alguien subía con un pequeño vehículo motorizado, decidí esperarle para pararle y ver si efectivamente por dicha pista o mejor dicho, sendero en su tramo inicial, me podía llevar al destino que yo quería en esos momentos.
Efectivamente, el paisano llegaría a mi altura montado en su vehículo y a la señal de que parar ya pude ver reflejado en su cara un gesto un tanto de incomodidad por verse obligado a detener su vehículo.
Ante mi pregunta de que si por lo que veíamos de frente (tanto él como yo) se podía bajar a Proaza, el me contestaba con un tono fuerte, que sí, que por ahí, y ante mi insistencia (ya que veía que había como dos inicios posibles para el itinerario a pillar) él me contestaba “medio cabreado”…¡Por ahí, por ahí, de frente…!.
Sí, pero yo le volvía a preguntar…¿Por la drcha o por la izda? Y él reafirmándose con rotundidad en lo que me había dicho “¡Defrente, por ahí, por ahí…!...y yo volviéndole a insistir…¿Por la izda?...Y él volviendo a responderme moviendo y señalando con uno de sus brazos…¡Sí, sí, de frente¡…
¡Vale, vale, gracias…!, le respondería, ya que lo dejaba “casi por imposible”, así que como todavía tenía por delante sobre tres horas de luz, decidí tirar por el sendero que salía a la izda de la siguiente imagen y confiar que entre el primer paisano y este último más la suerte, me hubieran ayudado si finalmente conseguía bajar a Proaza de forma directa y pudiendo evitar así una buena pateada por asfalto ya que no tenía muchas ganas de seguir caminando unos cuantos kilómetros por superficie dura.

Pillaría entonces el desvío desde la carretera general, comenzando entonces a descender de forma muy brusca por el sendero de la izda, sendero que luego se ensancharía y pasaría en algunos tramos a estar hormigonado.


Descendería por dicho tramo unos 15 minutos hasta llegar a un tramo ancho en el que había una cuadra y en el cual estaba cortado el paso ya que parecía que a las puertas de la cuadra había acabado el descenso, saliendo entonces un sendero, “algo menos claro”, que continuaba bajando y que estaba pegado a uno de los lados del prado de la cuadra y el cual había estaba más tomado por la vegetación que el descenso que había tomado desde la carretera.

Estuve tentado a arriesgarme y continuar por el sendero y sus trazas, pero dadas las horas que eran y con la posibilidad de que este último sendero me pudiera llevar a “tierra de nadie” y por un terreno que estuviera plagado de mucha vegetación y arboleda inaccesible para este menda, decidí dar la vuelta (a mi pesar) y emprender entonces el pronunciado ascenso hasta la carretera, ascenso que hice a paso tranquilo y en el que me encontraría muy bien (sería la tónica durante toda la jornada).

Lo peor de la ruta comenzaba ahora y no era otra cosa que tener que ir descendiendo por asfalto hasta Proaza, así que con paciencia y distrayéndome “en mis cosas” fui ganando metros a la ruta de este día hasta llegar al cruce con la carretera general de Proaza-Quiros/Teverga.

En el itinerario me iba a encontrar con el pueblo de Sograndio (500 m – 76 hab), así que para inmortalizar dicho paso, sacaría la siguiente imagen de una de las casas del pueblo.


Tras dejar atrás este pueblo, el “pesado” descenso por carretera continuaba, dejando atrás un pueblo, un pueblo que nunca he visitado y que siempre me ha llamado la atención por su ubicación, el pueblo de Murias.


En un cuarto de hora o 20 min iba a estar enlazando con la carretera principal del Valle del Oso (16,7 Km de ruta) y entrando en Proaza, pillando en la entrada tras cruzar el puente sobre el Río Trubia, el tramo de la Senda del Oso y que me iba a llevar tras algo más de 4 Km de caminata, al pueblo de partida, Villanueva de Sto Adriano.


Concluía así una guapa y primera caminata post-maratón muy esperada por este menda, no por la ruta en sí de este día ya que no me ofrecería cosas espectaculares a la hora de realizarla, pero sí por ser la primera de muchas que espero realizar en los próximos meses.

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