jueves, 4 de mayo de 2017

RUTA POR LA COSTA QUEBRADA (TRAMO LIENCRES – PLAYA DE LA ARNÍA) – 1ª PARTE.



Día: 29-04-2017.

Lugar: Costa Quebrada (Cantabria).

Desnivel total ruta (2 partes) : +100 m (por poner alguna cifra ya que tiene algunos subes y bajas a lo largo del itinerario de la misma y en el que hay que tener un poco de cuidado, sobre todo en alguna corta y pronunciada bajada, pero la ruta no ofrece dificultades, siendo realizada la misma por toda clase de senderistas).

Longitud total (2 partes): 18,08 km.

Tiempo total (2 partes): 05h21:22


Comentario:
Por fin iba a llegar el día en el que me daría por acercarme a realizar una de esas rutas a las que desde hacía muchísimo tiempo le tenía realmente verdaderas ganas, el itinerario que transcurre por la zona más espectacular de la Costa Quebrada, litoral situado en la vecina comunidad Cántabra y paisaje realmente brillante cuando está la marea baja.

Tras algo más de 02h por Autovía desde Oviedo (con parada previa a por el cafetín en el lugar habitual de siempre de Unquera), aparcaba el coche en las inmediaciones del pueblo de Liencres, concretamente en el aparcamiento más cercano a la Playa de Somocuevas, parking situado en lo que se conoce como el Barrio la Caseta, muy pegado el mismo a la zona de los acantilados de la playa mencionada.

La ruta empezaba, así que tras poner el gps a cero y dejar el coche bien aparcado, ya me iba a encaminar hacia los acantilados próximos a la zona en donde estaba situada esta primera playa del día, la de Somocuevas, playa que no visitaría (ya lo había hecho el año pasado conociendo la primera parte de la Costa Quebrada) encontrándose situada la misma al otro lado de los acantilados que se ve en la siguiente imagen, en su parte izda. (Foto tomada hacia el Oeste).


En este día, el itinerario me iba a ir llevando con rumbo Este a lo largo de todo el litoral hasta el objetivo que me había marcado para este día, la isla en la que queda situada la Ermita de la Virgen del Mar, casi a mitad de camino entre Liencres y el Faro de Cabo Mayor ya en Santander, así que empezaría a caminar como suele ser habitual en mis rutas costeras y siempre que me lo permite el terreno, lo más cercano a los acantilados para así poder obtener buenas imágenes de los mismos.


Parecía que iba a ser verdad que el sendero que pillaría desde el inicio, me iba a ir aproximando a la ermita por terreno favorable a mis pretensiones iniciales.


Como he querido dar a entender, no me iba a quedar corto en mis vistas hacia atrás y hacia delante de los acantilados de la zona.




Tras esta primera zona de acantilados, el sendero iba a ir descendiendo con vistas al frente hacia la Playa del Portio.


Y descendiendo por dicho sendero, me iba a encontrar con la primera playa del día, la Playa de Cerrías, arenal de unos 40 m de longitud por 15 de anchura media y protegida a la drcha por más acantilados que separan, en este caso, dicha playa y las urbanizaciones de la zona.






Otra imagen de esta Playa de Cerrías.


El sendero me iba a ir llevando dando un rodeo a esta pequeña bahía que formaba separando el mar, esta primera playa con la segunda playa que iba a visitar y que durante todo este tramo prácticamente ya iría viendo en mi caminar, la Playa del Portio.

Un par de imágenes con la bahía y la primera hondonada que iba a descubrir a lo largo del día, mostrando ésta su rasa litoral “desnuda” al sol.




El sendero me iba llevando sin problema alguno a la hora de caminar, aunque sí que tengo que reconocer que en el tramo que se ve en la siguiente imagen, en el descenso que tuve que realizar por algunas decenas de metros, tuve que extremar un tanto las precauciones a la hora de caminar, ya que el sendero caía vertiginosamente y el terreno estaba bastante resbaladizo, pero como digo, eso duraría tan solo unas 20 – 30 metros metros.


El sendero iba a desaparecer por otros tantos metros para obligarme a transitar por zona mucho más cómoda que la que acababa de realizar en el corto, pero pronunciado descenso que había finalizado segundos antes.


Vista hacia atrás.


El sendero me iba a ir elevando de nuevo para alcanzar nuevas vistas sobre la bahía y sobre la zona que poco a poco iba quedando atrás y que por unas horas había dejado libre el mar.




Las vistas en este punto del recorrido eran realmente espectaculares a medida que me iba aproximando a la Playa del Portio.






Descendería sin problemas unos pocos metros hasta esta playa semiurbana y con unas dimensiones de unos 150 m de longitud por 40 m de anchura media, para tomar entonces un sendero que me iba a llevar hacia la zona de los acantilados que protegían la playa por su vertiente norte.

Un par de imágenes hacia la playa mientras ascendía por el sendero.




Una vez en la parte superior de los acantilados, intenté ir aproximándome todo lo posible hasta la zona que llevaban los acantilados en dirección Oeste, llegando a un punto en el que el terreno ya no me ofrecía ninguna confianza para seguir, así que tocaba dar la vuelta para inmortalizar desde dicho punto las caídas al mar y también la rasa del litoral que estaba presente sin agua en esta zona de la ruta.




Algunas formaciones rocosas se iban dejando ver en mi itinerario.


Vista hacia atrás de los chalets próximos a la playa y en los que había un par de ellos con piscina que tenían una pinta realmente buena.




Varias imágenes de los acantilados anteriores en mi aproximación a la parte Este de los mismos.






Vista de estos acantilados desde su extremo Este y en la que para obtener la segunda imagen tuve que salirme del sendero y seguir por terreno algo más caótico hasta dar con un punto que de haber continuado hubiera sido volando unos 40 m para abajo.




Esta parte de la ruta iba acabar para seguir entonces con mi trayecto y dar con la que quizás podría ser la vista más espectacular de toda la ruta de este día y sino a las pruebas me remito.


Una ensenada donde incluso había gente escalando en las paredes que la protegían del mar.




A lo lejos parecía haber una tercera playa y el sendero parecía querer guiarme hacia la misma mientras la ensenada se iba dejando ver cada vez con más claridad, así como las formaciones rocosas conocidas como los Urros de Liencres (izda).




El itinerario, de nuevo me iba a ir conduciendo y dando un pequeño rodeo a esta zona y a dar con la playa que había visto un buen rato antes, la Playa de la Arnía y en donde aprecié que existía un montículo que separaba las dos partes de dicha playa, así que para allá, raudo y veloz, me dirigiría para satisfacer mi curiosidad.

La rasa costera momentos antes de llegar a esta playa.


Tras descender casi hasta la playa, pillaría el sendero que me iría elevando hasta ese montículo que acabo de comentar y desde el cual las vistas hacia la zona seguían siendo realmente extraordinarias.


Desde dicha elevación, vista de esta Playa de la Arnía y de sus dos zonas, playa con una longitud de unos 220 m.






En esta parte superior había un paso estrecho de 1 m de longitud en el que a un lado asomaban los afloramientos rocosos y al otro, una buena caída vertiginosa hacia el arenal.




La visita a esta playa iba a finalizar, así que a modo de despedida tocaba realizar la foto de la playa junto al montículo en el que había estado momentos antes (izda).


Ahora tras abandonar la playa, el sendero me iba a ir llevando por un tramo muy llano para caminar, mientras iba abandonando esta zona playera por uno de sus laterales.







Pues hasta aquí la primera parte del post dedicado a la ruta de este día, quizás esta primera parte, la más espectacular de las dos que dedico a dicho itinerario, aunque sí que es verdad que la que viene a continuación también tiene sus tramos realmente guapos, así que…

¡Continuará…!.

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